Es inexplicable cómo me sentí.
Sólo puedo decir,


GRACIAS! ♥

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Es lo único que me da la paz y la tranquilidad que necesito, en cualquier momento, sin importar mi situación sentimental, mi estado emocional, ni si mi pelo de repente es fucsia o azul. Ahí, en ese lugar, mío puedo decir, es cuando puedo liberarme de todo lo que hasta ese momento me pesó, me siguió a todos lados; llenó y revolvió mi cabeza. Recién ahí puedo sentirme increíblemente sola, pero bien acompañada al mismo tiempo. Porque no tengo sus palabras, pero no las necesito. Me paro a un costado, me apoyo en él, y el sólo sentir su calor y su presencia me hace bien. Me deja sentir. En ese instante me despido de todos y me sumergo en mi. Puedo enojarme, puedo reirme, puedo alegrarme, puedo deprimirme, puedo liberarme. Puedo ser todo, puedo no ser nada, puedo ser yo.
Porque es en realidad lo que hace que un día malo sea un poco mejor, y que un día bueno sea mil veces más maravilloso. Me enseña no sólo cómo manejarme allá, si no también en la vida. Me enseña a ser y a dejar de ser. Me deja probar y equivocarme. No necesito su perdón porque no es rencoroso; pero de todas formas me enseña a tratarlo bien. Me enseñó a quererlo. Muchísimo. Me fue demostrando que con paciencia y perseverancia todo se puede, aunque a veces cueste. Que en la vida se pueden obtener muchas cosas, pero lo que uno mismo se gana, sola y puramente a costa nuestra, es lo que más nos importa. Porque yo me lo gané, aprendí a hacerlo y lo hice. Me tomó mi tiempo pero llegó.
Y hoy, en un delirio de locuras que de repente arrebataron mi mente y me dejaron sin palabras y con una lágrima en mi mejilla, recordé todo lo que me enseñó, cuánto me costó y qué satisfacción me dió hoy cuando noté los resultados de muchas horas de trabajo, caídas, alegrías y tristezas de hace ya mucho tiempo.
Me invadió nuevamente la Paz.
Paz y Tranquilidad.
Eso es lo que les deseo.
Eso es lo que todos necesitamos.