jueves, 25 de junio de 2009

No me gustas, no me importas, no me encantas. Sin embargo, no puedo evitar la sensación del querer de que me hables, de que me desees, para poder finalmente elegir entre vos o no, y decir no. Sentirme superior a vos, caminar al lado tuyo, ver que me mires y seguir caminando. Sentir que pertenezco a otro, y que vos, en cambio, sufrís por mí. Claro que me siento algo mejor que lo que es él, pero me encantaría refregárselo en su cara. Una pequeña venganza, no? Despues de todo, por no haber hecho nada más que hablar, se lo merece.
Lo bueno del asunto, es que esa sensación, tarde o temprano, llega.
Lo malo, es que nunca se sabe cuánto puede tardar.
Pero estoy dispuesta a esperar.

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